Aunque muy pocos lo conocen por su verdadero nombre y aspecto, todos tenemos una ligera de quien es gracias a la restauración del libro a traves Walt Disney y Tim Burton. Y aunque la evolución de este personaje ha sido notable, su carisma, locura y encanto no deja de enamorar y en ocasiones dar miedo a cualquiera que lo ve.
Su orígen se debe al autor Lewis Caroll, el creador de los dos cuentos más retorcidos de la literatura inglesa, quien se basó en la observación de los gatos callejeros del puerto de Chesire, en donde habitaban infinidad de ratones y ratas, y por tanto de decía que los gatos que vagabundeaban por Chesire eran los más felices del mundo (la sonrisa).
Como personaje imaginario que es, se le dotó de una habilidad especial que consiste en la capacidad de evaporarse e incluso no enteramente, algo que en la mayoría de las peliculas se demuestra puesto que siempre desaparece y deja unicamente su sonrisa y sus enormes ojos, dejando su famosa frase: "Podrás ver a un gato sin sonrisa, pero nunca una sonrisa sin gato".